Cuando nuestro perro ladra nos está comunicando su estado de ánimo. Los perros y dependiendo de la raza ladran, el problema es cuando entra en bucle y empieza a ladrar sin control. A continuación os voy a explicar los casos más frecuentes por lo que nuestros perros pueden entrar en ese bucle.
A menudo el ladrido excesivo es causado por el miedo y el estrés, en otras ocasiones puede ser por aburrimiento o porque ha aprendido que así consigue cosas. Lo que debemos tener en cuenta es que necesitamos cortar ese comportamiento de raíz, identificar qué es lo que lo provoca, si es un miedo innato o aprendido tras una mala experiencia.
La forma en la que creemos calmarles suele ser acariciándolos, diciéndoles que está bien, o riñéndolos, pero ninguna de estas fórmulas funciona, quizás pueda funcionar durante algunos minutos pero enseguida volverá a hacerlo. Utilizando estos métodos no los estamos tranquilizando sino alterándolos aún más.
Entonces, ¿Cuáles pueden ser las causas del ladrido excesivo?
- Miedo al entorno: a algunos ruidos de la calle, de los vecinos al entrar en sus casas, otros perros... Es necesario detectar qué lo provoca y practicar una desensibilización con nuestro perro, presentádole el estímulo de forma adecuada para que pueda asociar que ese estímulo no supone una amenaza para él.
- Miedo a la soledad: hay que tener en cuenta que los perros son animales sociales y no les gusta quedarse solos durante largos periodos de tiempo, pero si por trabajo es necesario hacerlo, tenemos que actuar y empezar a enseñarle cuanto antes a que solo también puede estar bien y relajado.
- Estrés: la falta de ejercicio físico, el miedo y los problemas físicos provocan en ellos un estado de estrés provocanco un ladrido para liberarlo, es necesario detectar los estresores y extinguirlos.
- Aburrimiento: puede que necesites buscar alternativas de juegos de estimulación mental o actividades que le motiven y dejará de hacerlo.
En cualquier caso, lo más importante y más difícil es saber identificar el estímulo estresor y diagnosticar el problema según sea miedo, aburrimiento o dolor. Una vez lo tenemos identificado, es necesario hacer bien la desensibilización pues si no lo hacemos de forma correcta incrementaremos ese estrés y acabaremos convirtiendo el problema en algo aún más grande.
